Bodo, una localidad ribereña abierta al Mar de Noruega, y en pleno Círculo Polar Ártico, será el epicentro por vez primera en la narración de un partido de Champions. Jamás antes una ciudad tan al norte de Europa había sido anfitriona de un encuentro de la fase final de la Liga de Campeones. Un jalón único que ha logrado el Bodo/Glimt en poco tiempo.
Tras ser la gran sorpresa de la Europa League 2024-25, llegó a semifinales y sólo cayó eliminado ante el que después fue campeón el Tottenham, el Bodo/Glimt quiere seguir poniendo a Noruega en el mapa del fútbol mundial. El destino quiso que sea el justamente el aparato inglés el que visite el Aspmyra Stadium en su estreno en Champions. Las medidas y especificaciones de su estadio, algo obsoleto para la máxima competición europea aunque ahora trabajan en el club para crear uno nuevo, será entre los hándicap con lo que tendrán que pelear los spur (se disputa el choque sobre césped artificial).
Tras una gran etapa de clasificación donde debió dejar en la cuneta al Sturm Graz tras un 5-0 en la ida que dejó helados a los austriacos. La primera jornada frente al Slavia de Praga la solucionó con un meritorio 2-2 tras igualar un 2-0 en los minutos finales. Su primer punto en la Champions. Un punto de oro.
Al Tottenham le espera una pequeña encerrona, aunque ahora salió airoso del viaje a Bodo en la pasada Europa League (victoria por 0-2). Se aguardan nueve grados a la hora del partido en la recóndita ciudad noruega, si bien un 88% de humedad relativa.
El Tottenham llegó a Bodo tras algo mucho más de 4 horas y media de viaje desde Londres. Una ciudad de unas 53.000 personas, que vibrará como nunca con su equipo. Se espera que las hordas amarillas llenen las 8.270 localidades del estadio y pongan la nota de color a un momento único de la nueva Champions en el Círculo Polar Ártico.
La ciudad de las auroras boreales y del sol a medianoche relucirá con su primer partido de Champions.